Me llamo Sar Savoeun y soy una mujer de 48 años que vive en la aldea de Kbal Spean, comuna de Po Hor, ciudad de Svay Rieng, Camboya. Vivo con mi marido y mi hijo y trabajo como educadora de pares para AHF Camboya en un hospital de la provincia de Svay Rieng.
Savoeun (camisa blanca) brinda educación sobre salud a los clientes en el hospital.
En 1995, me casé con el Sr. Ma Sovann, un herrero de Phnom Penh. Nuestra felicidad duró poco, ya que mi esposo comenzó a experimentar graves problemas de salud poco después de nuestro matrimonio y falleció a fines de 1997. Devastada y viuda, regresé a la casa de mi familia, donde me enfrenté a un intenso estigma y discriminación por parte de la comunidad debido a las circunstancias de su enfermedad. A pesar de los desafíos, saqué fuerzas del apoyo inquebrantable de mi familia y comencé un pequeño negocio de venta de alimentos en mi hogar, que se convirtió en una fuente de ingresos y resiliencia en esos tiempos difíciles.
En 2003, comencé a experimentar una pérdida de peso inexplicable y una enfermedad persistente que no respondía a los tratamientos habituales. Un día, asistí a una sesión de educación sanitaria organizada por una ONG local llamada RIDA, que estaba creando conciencia sobre el VIH. La información que me dieron me hizo sentir identificada, ya que reflejaba los síntomas que había tenido mi marido antes de su muerte. Motivada por esta revelación, me sometí a una prueba de VIH en el hospital provincial de Svay Rieng. En noviembre de 2003, recibí un diagnóstico positivo. La noticia fue devastadora y, al principio, me sentí desesperanzada sobre mi futuro.
Gracias a las consultas periódicas, las visitas a domicilio y la atención médica que me brindaron los equipos de atención médica y las ONG, fui recuperando gradualmente mi fuerza física y mental. En 2004, trabajaba como voluntaria en el Centro de Salud Chamlang, dependiente de RIDA, para educar a otras personas sobre el VIH y ofrecer apoyo a los clientes que buscaban atención médica. Esta función le dio un propósito a mi vida y me preparó para un puesto de tiempo completo en 2008.
En 2010 comencé a trabajar como asistente en el Centro “Amigo ayuda a amigo” del hospital provincial. Brindaba apoyo a personas que vivían con VIH/SIDA que acudían a recibir atención médica. También decidí dar un paso adelante con valentía en mi vida personal. En 2013, me casé con un hombre que también vive con VIH. Juntos, tuvimos un hijo que nació libre de VIH, gracias al programa de Prevención de la Transmisión de Madre a Hijo y a mi adhesión a los consejos médicos durante todo mi embarazo. Esto marcó un punto de inflexión en mi vida, llenándome de esperanza y determinación para ayudar a otras personas en circunstancias similares.
He sido educadora de pares en AHF Camboya desde finales de 2014, trabajando en estrecha colaboración con el equipo médico del hospital para apoyar a los clientes en áreas como la adherencia a la terapia antirretroviral, la educación para la salud, las infecciones oportunistas y el bienestar psicológico. Además, a través del programa “Alimentos para la salud” de AHF Camboya, recibí financiación inicial para comenzar a criar caracoles y aves de corral en casa. Estas iniciativas han mejorado la estabilidad financiera y la calidad de vida de mi familia. Estoy profundamente agradecida a AHF Camboya por su continuo apoyo en mi trayectoria laboral y en mi vida personal. Su aliento y la aceptación que recibí del personal del hospital me han permitido superar el estigma social y construir una vida llena de propósito y dignidad.
