La AIDS Healthcare Foundation (AHF) y el Instituto de Salud Pública Mundial de la AHF reconocen la conclusión de tres años de negociaciones sobre el texto del acuerdo mundial sobre la pandemia felicitando a los negociadores, en particular a los representantes de los Grupos de Equidad y África, y reconociendo las contribuciones de las partes interesadas clave, incluida la sociedad civil, que defendieron el acceso equitativo a los bienes de salud pública.
“Incluso antes de la pandemia de COVID-19, comenzamos a colaborar con actores no gubernamentales para desarrollar una propuesta para una nueva convención mundial de salud pública, que fue publicado in The Lancet Public Health En mayo de 2021”, afirmó el Dr. Jorge Saavedra, Director Ejecutivo del Instituto de Salud Pública Global de la AHF. “Apenas una semana después del descubrimiento de la variante ómicron, el mundo respondió con urgencia y los Estados Miembros de la OMS establecieron el Órgano de Negociación Intergubernamental (OIN) para redactar y negociar un nuevo instrumento internacional sobre prevención, preparación y respuesta ante pandemias. Varias de las ideas de nuestro un artículo del XNUMX de Lancet, “El artículo se incorporó a los debates durante las negociaciones”.
Desde entonces, AHF ha participado activamente en el proceso de negociación como promotor y creador de coaliciones entre organizaciones no gubernamentales a nivel nacional y como parte interesada del INB. Junto con otras partes interesadas relevantes, AHF ha desempeñado un papel constante en la promoción de aspectos clave del acuerdo, que ahora se incorporan en un borrador final que promueve la cooperación en investigación y desarrollo, la producción local diversificada geográficamente, la transferencia de tecnología y establece el Sistema de Acceso y Distribución de Beneficios de Patógenos (PABS). Sin embargo, AHF considera que el borrador final no es suficiente para garantizar un acceso equitativo y oportuno a contramedidas médicas vitales en todo el mundo.
“Durante la pandemia de COVID-19, no faltaron las buenas intenciones y las promesas de cooperación, pero como hemos visto, las palabras por sí solas no entregan vacunas y tratamientos vitales a quienes más los necesitan”, declaró Michael Weinstein, presidente de la AHF. “Las próximas negociaciones sobre los mecanismos de financiación y el anexo PABS deben generar beneficios concretos, mensurables y suficientes, donde las necesidades se definan objetivamente en función del riesgo para la salud pública y se garantice el acceso a bienes específicos de salud pública. También deben incluir obligaciones exigibles si realmente queremos avanzar y evitar que se repitan las desigualdades inaceptables que vimos durante la última pandemia”.
En detrimento de la equidad, la La industria farmacéutica ejerció una influencia desproporcionada durante el proceso de negociación, impulsando la inclusión de cláusulas que amenazaban los derechos soberanos de los países en materia de transferencia de tecnología. Sus demandas, defendidas por unos pocos países ricos, también Amenazó con tomar como rehén todo el acuerdo A menos que se incluya en el texto final, la AHF también expresa su preocupación por los esfuerzos de la industria farmacéutica para utilizar el acuerdo sobre la pandemia como vehículo para invadir el espacio regulatorio para la transferencia de tecnología y usarlo para socavar las normas internacionales y los derechos soberanos que garantizan el acceso equitativo a los medicamentos y las tecnologías sanitarias.
Si bien AHF apoya la adopción prevista del borrador final del acuerdo por parte de la Asamblea Mundial de la Salud, también es necesario adoptar varias medidas cruciales. Estas incluyen establecer un mecanismo de financiación sostenible; asegurar la participación formal de los actores no estatales pertinentes, como las universidades y la sociedad civil; fortalecer la capacidad regional para producir, coordinar y responder a emergencias de salud pública; y asegurar un sistema PABS sólido y de fácil ejecución.
“El Artículo 12, que aborda los PABS, no garantiza el acceso equitativo a los bienes de salud pública mundial durante y antes de que se declare una pandemia”, añadió Weinstein. “Fijar un objetivo del 20 % de la producción probablemente esté por debajo de lo logrado durante los tres años de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, una ventaja de este acuerdo es que, en virtud de este acuerdo, la asignación de productos sanitarios se realizará en tiempo real durante las emergencias, en lugar de esperar a que los países ricos envíen los sobrantes al resto del mundo”.
Otra seria preocupación —continuó— es que la administración y coordinación del sistema PABS se ha dejado en manos de la OMS. Dado su deficiente desempeño como coordinador global de COVAX durante la COVID-19, es dudoso que estén capacitados para gestionar esta función crucial sin una reforma institucional significativa.