Soy AHF – Svetlana Kulsis: Esperanza construida a lo largo de 25 años

In explosión, Soy AHF por Olivia Taney

Svetlana Kulsi es la directora de Demetra, socio de AHF: la Asociación de Mujeres y sus Familias Vulnerables al VIH. La historia de ella y Demetra es la siguiente en nuestra serie “Soy AHF”, que presenta a personal, clientes y socios extraordinarios que hacen lo correcto para salvar vidas todos los días.
Entrevistado por Diana Shpak, Punto focal de gestión del conocimiento, Oficina Europea de AHF.

 

Este año se celebra el 25.º aniversario de Demetra, una iniciativa lituana, un hito destacado que refleja el compromiso a largo plazo de la organización con el apoyo a las mujeres y familias vulnerables al VIH, así como su dedicación a impulsar el cambio social. En este contexto, los últimos 15 años de cooperación con AHF se destacan como una alianza que se ha convertido en un salvavidas para muchas personas y un verdadero ejemplo de compromiso compartido con una causa común. 

En esta importante ocasión, la directora de Demetra en Vilnius accedió amablemente a concedernos una entrevista y compartir sus experiencias, valores y la historia de la organización. 

 

Svetlana, ¿podrías contarnos sobre tu trayectoria antes de trabajar con AHF? ¿Qué te inspiró a dedicarte al campo del VIH/SIDA y la salud pública? 

Llegamos al sector de las ONG desde el Centro Estatal del SIDA con experiencia previa en la prevención del VIH. A finales de los 1990, vimos la urgente necesidad de servicios más rápidos para los grupos vulnerables a los que las instituciones estatales no podían llegar, lo que nos llevó a crear nuestra propia organización. 

Nuestro primer enfoque fueron las mujeres que ejercen el trabajo sexual en la calle en Vilna. Realizar pruebas a 18 mujeres en la clínica de la estación de tren fue revelador. Ninguna tenía VIH, pero casi todas padecían otras ITS sin tratar. Esto reveló un grupo de alto riesgo excluido del sistema de salud. 

En el año 2000, Demetra fue fundada por la ginecóloga Rūta Jarašūnienė, el Dr. Giedrius Likatavičius y yo. Para 2002, contábamos con nuestro propio espacio donde las mujeres podían acceder a consultas, preservativos y atención médica. 

 

¿Cómo empezó vuestra colaboración con AHF? 

Conocimos a AHF en 2009 en una conferencia. En 2011, Terri Ford, Jefa de Promoción y Políticas Globales de AHF, y Denys Nazarov, Director de Políticas y Comunicaciones Globales, visitaron Vilna para conocer nuestro trabajo y otras ONG. Esta visita dio lugar a los primeros programas en Lituania de pruebas rápidas y anónimas, distribución de preservativos y servicios de vinculación con la atención médica. En aquel entonces, el tratamiento se prescribía solo en etapas avanzadas, y junto con AHF, comenzamos a abogar por un cambio. 

En 2012, firmamos nuestro primer contrato y recibimos recursos de AHF para actividades regulares, incluyendo kits de prueba, preservativos y financiación para eventos. A partir de ese momento, nuestra colaboración se convirtió en una alianza integral que condujo a mejoras importantes en el acceso al tratamiento y el apoyo para las personas con VIH en Lituania.

 

Svetlana, este año celebramos 15 años de colaboración con AHF. ¿Qué significa este aniversario para ti? ¿Qué han logrado juntos? 

Quince años es un hito importante. Junto con AHF, hemos logrado mucho. 

En 2012, tras la campaña "Mantén la Promesa", Lituania aprobó una ley para iniciar el tratamiento del VIH con un recuento de CD4 de 350, lo que representó nuestra primera victoria. Para 2018, el TAR se amplió a todos, independientemente del recuento de CD4, gracias a la labor de AHF y sus socios locales. Dovile Sakaliene y Juozas Olekas. 

Otros hitos incluyen la restauración del Consejo Nacional de Coordinación, la creación de corredores verdes para el tratamiento inmediato, la eliminación del requisito de derivación para la atención de ITS y la garantía del acceso a la TAR en las prisiones. Con el apoyo de AHF, Demetra también forjó un diálogo duradero con el Ministerio de Salud y defendió a las ONG que realizan pruebas. 

Gracias al apoyo y la implicación personal de AHF, preservamos el acceso de los grupos vulnerables. Sí, somos líderes y expertos, pero lo más importante es que transformamos la vida de personas que antes no contaban con ayuda. 

 

En su opinión, ¿qué hace que AHF sea diferente de otras organizaciones? 

AHF se centra en brindar servicios de alta calidad a las personas afectadas por el VIH, llegando a quienes están excluidos del sistema estatal y defendiendo su derecho a la igualdad de trato. Esa es su fortaleza. 

Junto con AHF, Demetra redujo las barreras para la atención médica y amplió las pruebas. Implementaron campañas a gran escala sin precedentes. Inspirados, lanzamos la Caravana de Seguridad, una unidad móvil de pruebas que recorre Lituania cada verano. Al principio, la gente se resistía a hacerse la prueba, pero en 2014, en Klaipėda, se formaron colas, e incluso el personal sanitario acudió, confiando en las pruebas anónimas. 

AHF nos proporcionó más que kits de prueba. Hicieron una contribución humanitaria para cambiar las políticas estatales y la actitud pública. Demostramos a la sociedad que la salud nos concierne a todos y nunca debe ser motivo de vergüenza. 

 

Todos estos logros con AHF son fruto de años de trabajo, pero también una fuente constante de motivación. ¿Qué es lo que más te motiva? 

Había un hombre VIH positivo, ex drogadicto con antecedentes penales, frágil y con muletas cuando llegó a Demetra. Le ayudamos a recuperar sus documentos, obtener un seguro, iniciar el tratamiento e incluso a ser voluntario. El tratamiento funcionó. Hoy está sano, casado, es padre y vive una vida plena. Eso le da un profundo significado. 

A veces recuerdo cómo empezó todo: un pequeño equipo caminando por las calles, repartiendo condones y hablando del VIH. Hoy, nuestro antiguo personal dirige instituciones médicas, lo cual me llena de alegría. Te das cuenta de que todo lo que hacemos no tiene precio. Se trata de la vida, del futuro y de lo que nos deparará el futuro. Solo quiero que las personas con las que trabajamos tengan una buena vida. 

Las palabras de Svetlana nos recuerdan que la verdadera fuerza reside en las acciones sencillas y persistentes y en la humanidad que lleva esperanza donde más se necesita. 

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