Desafortunadamente, el nuevo brote de coronavirus ha hecho realidad las predicciones de muchos expertos en salud sobre las pandemias globales: no es si, sino cuándo.
Mientras nuestros heroicos y desinteresados trabajadores de la salud trabajan incansablemente en la primera línea de la crisis, podemos usar este momento para revisar un momento que debería haber sido una llamada de atención para el mundo con respecto a enfermedades infecciosas mortales: el brote de ébola de 2014 en África occidental.
Ese brote mostró similitudes evidentes con el COVID-19, incluida una respuesta tardía e insuficiente de la Organización Mundial de la Salud y la escasez de los requisitos mínimos más básicos para el equipo de protección personal, que incluso hoy en día sigue siendo una deficiencia clave para las naciones de todo el mundo.
Te invitamos a ver nuestra película, "Ébola: la respuesta de la AHF", que documenta un brote que mató a más de 11,000 personas, incluidos dos médicos de AHF. Y mientras mira, no olvidemos las dolorosas lecciones que deberíamos haber aprendido entonces, que con suerte dejarán en claro a las agencias mundiales de salud hoy sobre lo importante que es prepararse con anticipación para la próxima emergencia de salud.